Bajo esta foto del Paseo Marítimo de gijón (¡cuántos buenos recuerdos tengo de Asturias!), recupera los dos soliloquios que formaron parte de mi primer poemario, Mirando adentro.
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¿A dónde te diriges mi vida
con tan triste talante?.
Ni tienes el hálito de la alegría
impreso en tus modales,
ni la tristeza recorre a raudales
cada uno de tus días.
Al Alcance de mi mano he tenido
todo un mundo de ilusiones,
como en tantas ocasiones perdido
entre mis vanos temores, y lo he dejado pasar
¡cuánto lo he de lamentar!.
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