Hay tantos momentos en que me siento incapaz
de, mi vista levantando del urbano suelo
mirar, con franqueza y sin reparos, su faz,
dejando en el olvido todo mi desconsuelo;
hay tantos momentos en los cuales no reparo
en las recurrentes cadenas de apegos,
que, quedándome sin su luz como guía y faro,
me engaño, sintiéndome tuerto entre los ciegos;
si, hay tantos en los cuales soy el impedimento
para aceptar la gentil mano que me tendía,
sin saber vivir la plenitud del momento;
hay tantas oportunidades desperdiciadas
que explicar semejante torpeza no sabría,
sino porque yo mismo me tiendo las celadas.
de, mi vista levantando del urbano suelo
mirar, con franqueza y sin reparos, su faz,
dejando en el olvido todo mi desconsuelo;
hay tantos momentos en los cuales no reparo
en las recurrentes cadenas de apegos,
que, quedándome sin su luz como guía y faro,
me engaño, sintiéndome tuerto entre los ciegos;
si, hay tantos en los cuales soy el impedimento
para aceptar la gentil mano que me tendía,
sin saber vivir la plenitud del momento;
hay tantas oportunidades desperdiciadas
que explicar semejante torpeza no sabría,
sino porque yo mismo me tiendo las celadas.
Este soneto pertenece al poemario Me duele mi dolor y abre su primera parte, a la que da título.
Este poemario, junto con el recogido en la entrada anterior, son las dos obras que publiqué en Nuevos autores dela poesía española 4.
La poesía de ""hay tantos momentos ""me parece una poesía llena de encanto y tristeza una autocrítica llena de sensibilidad y lamentaciones.
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