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jueves, 4 de marzo de 2021

DE SEVILLA A ANGERS

 


He estado cuatro o cinco veces en Angers, una ciudad situada en el departamento francés de Maine et Loire, y fue durante la que hice entre el 13 y el 28 de octubre del 2013 cuando escribí este libro, mi poemario número 42. Como suele sucederme que nada más ponerle el punto final mi atención pasó a otra cosa y como si lo olvidase, de sorprendente que me ha parecido cuando hoy lo he vuelto a leer. Tanto ha sido así que voy a tratarlo en varias entradas.

Está compuesto por diez poemas, que son los siguientes: Castillos del Loira, Ese punto donde me encuentro, ¿Qué hago aquí?, En el mercado de Angers, La escalera de Jacob, Línea Dos, Cien años, Ronsard, Perrault y Algo de la tierra de Angers. algunos de ellos, como el primero o el último, está formado por una sola unidad, pero otros por varias.

Hoy voy a compartir con ustedes Ese punto donde me encuentro, un poema comenzado en Sevilla y terminado en Angers y que da idea de qué ideas tenía por entonces en la cabez, y ¿Qué hago aquí?, que viene a ser la respuesta al anterior tema.

ESE PUNTO DONDE ME ENCUENTRO

I.
Ese lejano punto de partida
de todos los itinerarios,
donde comienzan
todas las travesías humanas;
siempre el mismo,
tan proceloso
y tan vacío,
siempre abierto a todos los mares
y a todos los firmamentos,
como unos ojos que miran sin saber lo que buscan,
como una intención inconsciente de sí misma;
siempre el mismo punto de partida,
el mismo horizonte,
los mismos paisajes,
las mismas piedras;
distintos derroteros
para partida y llegada,
siempre en el mismo sitio.
 
            II.
Aquí y ahora,
ese momento
sin sustancia propia
en el que me encuentro,
esa piedra angular
de la dificultad que vivo,
el punto en el que,
aquí y ahora,
parto,
y donde,
conciencia aquilatada,
arribo.

            III.
Alfa y omega,
principio y fin,
siempre en el mismo punto,
comienzo y fin
del itinerario
por los paisajes del alma:
el corazón.

 

 A propósito, la foto con que se abre esta entrada es la fuente situada en la plaza delante del Ayuntamiento de Angers y la que sigue también pertenece a los jardines de esa misma plaza.


¿QUÉ HAGO AQUÍ?

            I.
¿Qué hago aquí, donde las calles de Angers,
Contadas casi fuera de mi mano,
Me dejan sin papel?
Si yo estoy en mis asuntos –otro lado,
Otro tablero-, ¿qué estoy haciendo aquí,
Entre los altos castillos del Loira,
En vez de bajo el sol andalusí?
Días como hoy, todo lo pongo en duda:
Desde el crepúsculo que me designa
A las noches con que me preguntan
Por el nombre que llevo en este día.
¿Qué hago aquí, donde anochece tan pronto
Que parece que el día dura menos
Que el contraste de la luz en mis ojos?
 
            II.
Yo, ¿qué hago aquí, en un día como hoy?
Llueve y la lluvia me limpia las gafas
De los polvorientos rayos de sol
Que en Andalucía llenaban mi alma:
Me hace ver lo distinto
Que guardan la tierra y sus gentes,
Los castillos, las siembras y sus ritmos;
Aunque todo sea igual, es diferente.
Y la lluvia (agua limpia, agua sucia)
Recoge todas esas diferencias,
Dando respuestas a todas las preguntas
Sobre su  grandeur y nuestra pobreza.

             III.
Aunque nadie le preste su atención,
Se renueva el pasado:
Huellas de los dedos de quien lo creó
Miradas de unos ojos que bordaron
Sobre piedra o tejido su visión,
Respuestas que hoy surgen desde el ayer
Hablándonos de sueños y grandezas,
Tierras y gentes laboriosas de Angers
Trabajando bien el presente dejan
Algo propio tras el amanecer:
Castillos transformados en palacios
Y cuentos convertidos en leyendas,
Obras hechas a mano
Yendo tras la belleza.

              IV.
¿Qué hago aquí, si “hoy es siempre todavía”, (1)
Sino vivir las sombras del pasado,
Las que le quitan color a mis días?
¿Qué hago aquí, hacia dónde van mis pasos?
 
            V.
Hoy, fuera del tiempo,
Madura durante la larga noche
De los hijos del tiempo.

            VI.
¿Y yo, qué hago aquí, sino darme cuenta
De que donde me halle todo es igual?
¡Las flores del día son tan hermosas,
Más no guardan ninguna novedad,
Resuena en mis gastados oídos su lengua
Como la melodía más hermosa,
Pero cubriendo las mismas ideas
Que donde me lleve mi caminar!
¿Será que nadie construyó un camino
Que aleje sus pasos de este lugar,
O que bebemos todo el vino
Que conocemos como Humanidad?  

En el poema IV de ¿Qué hago aquí? hay una referencia a una nota situada al final del libro y que copio a continuación: Antonio Machado, Canciones, VIII: “Hoy es siempre todavía”.

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