A veces la vida nos sorprende. Ocurre cosas que parecen sacadas de una película, como la que me sucedió hace dos días. Me llegó un e-mail de mi editorial diciéndome que alguien se había interesado por contactar conmigo, pero que por la Ley de Protección de Datos no le podían dar mis señas de contacto, pero que le ofrecieron la posibilidad de pasarme a mí los suyos. Y, previa autorización de esa persona, me pasaron su e-mail. leí los correos que entre ambas partes se habian cruzado y que esa persona, desde la Argentina, había firmado como Dra. María Eugenia Z.
Añadí otras líneas contándole estas pensamientos, cómo había pasado, siempre dentro de la inicial sorpresa, desde la sospecha al convencimiento. y efectivamente, a los pocos minutos me respndió confirmando que era la misma. Una amistad más que renacida, continuada.
Por aquellos años, le dediqué un poema que paso a compartir con vds, cosa que, a excepción de con ella, nunca antes había hecho.
vos a un lado, a otro yo, tan distantes
en las palabras,
no en el alma.
preciso tu recuerdo
de amistad infalible
y seguro consuelo.
tenemos, que conjunto
de grandiosas tristezas y alegrías
en todos nuestros días!.
cosas que nos alegraron o hirieron,
que siempre compartimos
como buenos amigos;
si todo se me agolpa?:
¿a Diana, aquella amistad perdida
en la aurora del día?,
¿o los amores falsos, sin verdad?...
¡dejémoslos atrás!.
y piensa en el mañana:
tendrás ese sol que tanto has deseado
reluciendo en tus manos
y los árboles te darán sus frutos,
hijos de tu futuro.
y no las malgastes, como hice yo,
tan lleno de temores
que no me supe entregar al amor,
y me fui perdiendo en banalidades
carentes de deidades.
tampoco te impacientes;
espera que se cumpla tu destino,
grácil, sin sierpes;
tampoco los contrarios;
tranquila, descansada de temores,
deja lejos lo amargo;
cuanta felicidad
desees, y solo te queda esperar
que se vaya cumpliendo paso a paso.
que podrías lamentarlo;
tómalo cuando arribe,
frágil, sin ahuyentarlo
mas bien hazlo con manso delicadas,
que el ruiseñor no se vea preso en jaula
de mil besos de seda
“¡ven, amor: te preciso!”.
En las cartas que le envié, escribía obviamente en prosa, pero de pronto introducía un poema, normalmente breve, que -por lo menos por lo que creo- encajaba perfectamente dentro de lo que le iba diciendo.
ResponderEliminarEste es un ejemplo de esos poemas. Se titula El beso de la luna y no lo conservaba; ella me está devolviendo un montón de "tesoros". Dice así:
Una larga noche invernal de estrellas
ocultas, me quiso besar la luna.
No era un beso de amor, ni de querella,
sino lejano cantar de una tuna.
Sorpresas te da la vida, la vida te da sorpresas.... dice una canción.Y si, leyendo nuevamente lo que has escrito,recuerdo como te despedías en tus cartas...Tu amigo de y para siempre.. y firmabas Jesus SJ. era una predicción? Ahora comprendo lo que es una AMISTAD con mayúsculas, y la vida me demuestra con este reencuentro que realmente sera así,para SIEMPRE.
ResponderEliminarEmpezar una amistad en nuestra adolescencia y volver a retomarla hoy 40 años después, en nuestra joven adultez,con vidas recorridas por diferentes caminos y continuar con los mismos sentimientos de una amistad sincera,sin mezquindad,me demuestra que cuando se forjan amistades verdaderas y puras, Dios y el universo se encargan de unirlas y mantenerlas para siempre, donde el tiempo ni la distancia no la puedan separar.
Y es poema... cuantos bellos recuerdos vienen a mi memoria!!!!! Doy gracias a Dios y a la tecnología por tenerte tan cerca nuevamente, AMIGO. te abrazo muy fuerte con el corazón lleno de alegría.
Tu AMIGA de y para siempre
Maria Eugenia
La verdad es que lo primero que se me ocurrió fue comenzar la entrada con esa canvión: la vida te da sorpresas... pero cuando vi que era Pedro Navajas, lo olvidé.
EliminarTotalmente de acuerdo con cuanto dices. Toda una vida de AMISTAD