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lunes, 5 de septiembre de 2022

EL VALS DEL ADIÓS


 

Zarpa el tren.
 
La vía se estremece
Y el aire se humedece.
 
Se me queda la mano,
Dedos revoloteando
Nubes de blanca sal,
En la clave del dial.
 
Guardan mis raíles del corazón
El longevo vals triste del adiós.

Era el día 26 de agosto de 1999 cuando Elena partía camino de Edimburgo. Estábamos en la estación de Santa Justa, Sevilla, y después, en Madrid, cambiaría tren por avión.

En principio iba para soltarse en la lengua inglesa, pero ahí comenzó toda su vida de mujer independiente y autónoma.
Este poema lo escribí nada más regresar a casa y es el primero que le dediqué.

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