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lunes, 18 de octubre de 2021

A MI HIJO ADRIÁN

 

Tras la dilatada etapa de "cierre" eclesiástico impuesto por la pandemia, ayer volvió a salir a las calles de Sevilla una imagen procesional, nada más y nada menos que el conocido como Señor de Sevilla, Jesús Del Gran Poder, en una visita histórica a los conocidos como los tres barrios, una de las zonas más depauperadas de España. Y en ese peregrinar visitó varios templos y, entre ellos, el del Cristo de los Gitanos, momeno que recoge el video que  abre esta entrada.

Traigo esto a propósito porque hoy quiero detenerme a dedicar estas líneas a mi hijo Adrián, que está pasando un momento complicado en su vida, y para eso nada mejor que recordar el poema que escribí la noche, la madrugá, en que salió por primera vez acompañando al Gran Poder en su visita a la Catedral, y que hicimos juntos. Era el Viernes Santo del año 2006.

Seis horas son
Larga jornada
De constricción,
La madrugada
 
Corta el ayer
Con decisión,
Tu Gran Poder,
Mi Corazón,
 
Sostiene en pié
-Cirio, de frente
Cruz, del envés-,
Dichoso, verte,
 
Y hacer camino,
Andar y andar,
Siempre contigo,
Siempre detrás,
 
Seis horas son
Larga jornada
De constricción.
De madrugada,
 
Hacer camino,
Andar y andar,
Siempre contigo,
Siempre detrás,
 
Tu luz de guía
-Rota la noche,
Vencido el día-
Calla  las voces.
 
El Silencio
-labios postrados,
Ojos al cielo-
Se hace a tu paso
 
Con que sostienes
La cruz, de envés,
El cirio al frente,
-¡Qué Gran Poder!-    



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